miércoles, 1 de abril de 2020

Eneatipo 8 auto-conservación. "Cómo defender a un asesino"

ANNALISE  KEATING

Le encanta ganar, demostrar su poder, y sobretodo le encantan los retos, cuanto más difíciles mejor.  Mirada fija y desafiante que pretende dejar claro a quién tienes delante y a lo que te enfrentas. Voz contundente y segura, que no le tiembla ante nada, que se atreve con todo y que es capaz de aplastar a quien sea preciso para ganar un juicio.


De pocas palabras, las justas y necesarias, observa al otro y calcula sus debilidades. Todo el mundo puede ser un enemigo, piensa que es una estupidez fiarse de alguien, así que presiona, amenaza, exprime, y solo entonces le sirven las respuestas, las personas siempre ocultan algo y sólo lo puedes averiguar si las pones al límite. 

El eneatipo Ocho cree que la mayoría de personas son hipócritas por naturaleza, excepto ellos por supuesto, y que cuando la gente reacciona es cuando demuestra sus verdaderas intenciones, que cuando los provocas descubres lo que sienten en realidad. Por esto es que ellos acostumbran a ponerse delante tuyo y mirarte a los ojos fijamente mientras te agreden verbalmente, así saben de que estás hecho y, sobretodo, cuáles son tus debilidades. 



Le gusta ir por su cuenta y hacer las cosas a su manera, nada más insostenible para un Ocho que estar a las órdenes de alguien, así que demolerá lo que haga falta, y a quién haga falta, para conseguir resultados y callar a todos, yo mando porque yo puedo, y si quieres que ganemos lo haré a mi manera. 
El Ocho es el "jefe", o la "jefa", y si no puede ejercer su poder se suele dedicar a encontrar errores o limitaciones donde atacar o poner en evidencia a los que están por encima, hasta acabar dominando, o mejor aún, destruyéndoles y así poder tomar el control.




Cuando amenaza va en serio, si dice que lo va a hacer es que lo va a hacer, y se planta en la cara de quién haga falta con un: "es que piensas que no voy a hacerlo?" 


Este eneatipo disfruta profundamente con la provocación, con la oportunidad de demostrar que es un transgresor y que nada le va a parar, que puede hacer lo que quiera y que nadie le va a castigar.


Le gusta que se lo pongan difícil, que la provoquen, que la tienten a demostrar toda su furia. La mayor satisfacción que puede tener es aniquilar a su adversario, ahí se le dibuja una de las pocas sonrisas que se permite, la de alguien que se siente superior, poderosa, indestructible.











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