lunes, 6 de enero de 2014

El sentido de la vida Según Viktor Frankl “El sentido de la vida ha de buscarse en el mundo y no dentro del ser humano o de su propio psique, como si tratara de un sistema cerrado.... La auténtica meta de la existencia humana no se cifra en la denominada autorrealización... Ser hombre implica dirigirse hacia algo o alguien distinto de uno mismo, bien sea realizar un valor, alcanzar un sentido o encontrar a otro ser humano. Cuanto más se olvida uno de sí mismo -al entregarse a una causa o a una persona amada- más humano se vuelve y más perfecciona sus capacidades. En efecto, cuanto más se afana el hombre por conseguir la autorrealización más se escapa de las manos, pues la verdadera autorrealización sólo es el efecto profundo del cumplimiento acabado del sentido de la vida. En otras palabras, la autorrealización no se logra a la manera de un fin, sino más bien como el fruto legítimo de la propia trascendencia.” (El hombre en busca del sentido, Herder p133). Cuando velamos para el bien ajeno, el sentido de la vida cobra una relevancia más elevada: la autotrascendencia (lo de ir más allá de uno mismo) es para Frankl la esencia de nuestra humanidad...