miércoles, 25 de marzo de 2020

ENEATIPO 7, Subtipo sexual



LUCIFER MORNINGSTAR


Ángel o demonio? Lo primero que sorprende es esa mezcla de malote con alma de niño, Lucifer insiste en verse a sí mismo como la reencarnación del mal, algo que le proporciona lo que más desea su enorme gula, hacer lo que le apetezca en cada momento sin tener que pensar en las consecuencias, y menos aún en las personas. Parece que siente un fuerte rechazo a ser bueno, a que le importe ser juzgado por sus actos, un miedo a que alguna voz interna, disfrazada de moralina, le impida disfrutar de la vida sin control y sin medida.
Sin embargo, por alguna misteriosa razón, consigue hacerse querer, consigue que le consientan sus caprichos y que le perdonen sus faltas, consigue parecer un niño que solo hace travesuras, que en el fondo no tiene mala intención, que solo quiere jugar y hacer amigos.



Seductor omnipotente, que utiliza a las personas como fuente de placer, se encuentra perdido y desconcertado en el mismo momento en que la inspectora de policía no cae rendida a sus encantos. Ella representa lo inaccesible, lo no puede ser manipulado a su antojo, algo que no solo le desconcierta sino que le atrae como una promesa de lo que nunca ha conseguido alcanzar, el amor. Pero nada da más miedo a este subtipo que las emociones auténticas, las que no se pueden fabricar sino que están en contacto con su mundo interior y nacen de él, aquel lugar del que nada quiere saber, donde se encuentra su verdadera alma, su infierno, como no...

Representa, Lucifer, de manera muy clara la principal característica del narcisista, la incapacidad de ver a nadie aparte de sí mismo. Toda la lógica de su mente está al servicio de una existencia epicúrea, todo razonamiento lleva al mismo sitio, "yo",  nada más que yo. Si no me proporciona placer no me interesa, si hacer algo por ti no me va a beneficiar no me interesa, por qué me iba a interesar? Un razonamiento que siempre observa su única ley, la vida se vive una vez  y no tiene sentido perder el tiempo en cosas que no te hacen feliz, ni en personas, por supuesto.
No es casualidad que sea propietario de un local de ocio nocturno, donde puede beber, drogarse y sobre todo tener sexo, todo el que quiera y de todas las maneras. Un local que utiliza además como un refugio, donde acude cada vez que la vida se pone seria, difícil o desagradable.






También nos ofrece este personaje esa actitud de mente brillante que todo lo sabe y que todo lo alcanza, que puede pasar de un salto de la torpeza y la falta de comprensión sobre cualquier asunto de sentido común, al ya lo sé todo y ya no me interesa que me digas más porque en un segundo mi mente ya ha llegado más lejos que la tuya, antes no sabía ahora ya sé más que tú. Así consigue proteger su pobre autoestima cada vez que tras acudir a alguien de su entorno en busca de consejo acaba haciendo lo que le da la gana, porque "me he dado cuenta yo", como no...





Más triste es cuando se encuentra en esos momento en que observa su interior, sus motivaciones y sus traumas. Cuando reconoce que no es más que un niño consentido, que no tiene justificación ninguno de los actos egoístas que le describen, que no es capaz de ser auténtico, que tiene que hacer el payaso para sentirse rodeado de personas, y que en el fondo se odia, se odia porque de tanto buscar el placer su vida no tiene un rumbo fijo, que tanto utilizar a las personas como si fueran cosas han provocado una soledad interior insoportable, que cuando se mira bien en su espejo narcisista acaba viendo un monstruo.



Lo más doloroso el es final de la serie. Después de todo acaba como empezó, siendo el rey de nada, en un mundo que no existe, y dolorosamente solo. Al fin y al cabo tiene que darse cuenta de que por mucho que persiga el placer lo que en realidad busca es el amor, pero tanta tierra quemada no permite que ese amor prometido pueda echar raíces, así que hay que retirarse a vivir en las nubes de  nuevo, en este caso en el infierno...