domingo, 23 de noviembre de 2014

ENEATIPO 7

El entusiasta, posee un carácter puramente optimista, enfocado en ver el lado bueno de la vida y evitar el sufrimiento. Es básicamente una búsqueda de placer lo que le mueve, pero no un placer simplemente lúdico sino ampliamente intelectual, su inteligencia está muy desarrollada en este sentido y puede alcanzar una gran sabiduría de la vida, del " saber vivir ", y adquirir conocimientos que de modo totalmente pragmático le lleven a conseguir sus objetivos. Su entusiasmo es contagioso, " el alma de la fiesta ", su atención siempre está puesta en las cosas buenas de la vida, esa es su principal manera de disfrutar, siempre hay proyectos e ilusiones, cosas interesantes que planear. Comparte profundamente eso de " la felicidad reside en la antesala del placer ", su manera de evitar el sufrimiento es esta, planificar es tener la mente ocupada con cosas agradables e interesantes, le permite vivir en un mundo aparte, un lugar sobre las nubes donde la imaginación proporciona libremente todos los placeres, un " país de nunca jamás " como Peter Pan. Su mecanismo de defensa reside en el poder de racionalización, entendida como un instrumento que consigue justificar actitudes o acciones cuyo motivo muchas veces se esconde en su inconsciente tras una motivación básicamente hedonista. En las relaciones se caracteriza por una complacencia seductora, deslumbra con su optimismo, siempre dispuesto a aconsejar y a ayudar mostrándose solícito y alegre, poniéndote sutilmente en deuda con él, y esto le proporciona un derecho especial a recibir lo que necesita de aquellos a quienes complace, desplegará sus encantos y luego te concederá el privilegio de hacer algo por él, cuando él lo necesite, es su gran manera de negociar, si hay alguien capaz de vender lo invendible, es él, puede convencer a cualquiera con su discurso, es elocuente, inteligente y sabe manejar como nadie las palabras. Si se siente insatisfecho puede llegar a tener fuertes estallidos de violencia, o en una forma menos impulsiva adquirir un tono burlón y sarcástico, pudiendo llegar a ser cruel y no darse cuenta del daño que ocasiona. Como pareja es un compañero perfecto, cariñoso atento y considerado, y deja hacer, y claro, quiere que le dejen hacer, necesita cierta independencia. Debe mantener el interés en la pareja, si se aburre quizás necesite encontrar nuevas emociones con que llenar su vida. En su búsqueda de amor puede confundir amor con placer y perderse una verdadera relación, pero crear una familia es algo que se puede ajustar satisfactoriamente a sus planes y puede llegar a ser por ello un gran protector de los suyos. El E VII sabe de su superioridad, vive demostrando al mundo y a los demás que sabe ser feliz, en definitiva que sabe, sabe conseguir, y esto se nota, siempre es bueno estar acompañado de un entusiasta, te mostrará motivos para estar contento y te animará a ver el lado alegre de la vida, claro que cuando se vaya y se lleve su mundo de colores con él, te despertarás y tendrás que poner tus pies en el suelo, ya que sólo él sabe vivir en las nubes....
                                                       
PASIÓN


Gula.

Nuestra atracción por el placer nos mueve hacia aquello que nos lo proporciona, mientras que nuestra aversión al dolor nos alerta para permitirnos huir de cualquier amenaza. Así nos encontramos impulsados a vivir en búsqueda del placer y a evitar el sufrimiento, aunque la mayoría de nosotros nos regimos por este principio en algún grado, esta es la dificultad que caracteriza el punto Siete.
Hoy en día disponemos de muchas maneras de satisfacer este llamado principio del placer, es en sí lo que alimenta el consumismo de los tiempos en que vivimos, y alcanza un estado de insaciabilidad que se convierte en una adicción a una búsqueda de estimulación y excitación constante.
También disponemos de modos de evitar el sufrimiento y las dificultades, mediante distracciones, ensoñaciones y fantasias para evadirnos del momento presente, de hecho el hábito de escapar a nuestro propio mundo mental es un síntoma de que estamos tratando de evadirnos de alguna sensación desagradable.

Una característica de una persona adulta es el aceptar las cosas como realmente son y hacer lo que objetivamente se tenga que hacer al margen del grado de confort o disconfort que experimentemos. Como adultos, si nos movemos por el impulso de obtener placer y evitar el dolor, nos estamos comportando en realidad como niños grandes, claro que en realidad existan pocos verdaderos adultos hoy día...

La pasión que estamos tratando aquí es la “gula”, una avidez o excesiva indulgencia por el placer, por satisfacer los deseos. La gula es sobre todo un deseo por consumir, pero en el sentido de probar y sentirse estimulado, no en el sentido de consumir hasta saciarse, que sería más característico del tipo Ocho. Es un apetito mental más que corporal, en el que el placer reside más bien en el estímulo que en el consumo, y esto inevitablemente conduce a una sensación de insatisfacción o insuficiencia, que acaba en la búsqueda de más estimulación.
Otra forma de búsqueda de placer, que no es tan aparente, es el placer por las emociones intensas, incluso aunque estas emociones puedan resultar dolorosas. Para muchas personas la intensidad emocional puede resultar tan intoxicante como una droga, y llevar a comportamientos histéricos, sin embargo esto no significa que estén experimentando las emociones en sí, sino que está siendo excitados por ellas, sintiendo su superficie pero resintiéndose a entrar en ellas profundamente.

En el eneatipo Siete la gula refleja su sufrimiento, aunque pueda parecer lo contrario, cuando invertimos mucha energía en estar estimulados y tratamos de enfocarnos en la parte positiva de las cosas, podemos sospechar que en realidad sentimos miedo por enfrentarnos a algo doloroso, el Siete tiene este habito, y en su huida consciente o inconsciente del dolor limitan el contacto completo con la experiencia de sí mismos, y en consecuencia de la vida, y este es su mayor motivo de sufrimiento, cuando tratan de experimentar la vida se encuentran con que no son capaces de hacerlo completamente, atrapados por los mecanismos de defensa de su ego.


VIRTUD



Sobriedad

Si nuestra orientación es hacia el placer, si nos enfocamos en las experiencias agradables más que en la realidad de lo que nosotros experimentamos, estamos fomentando la pasión de la gula en vez de estar alineados con nuestra verdadera naturaleza y la manifestación de nuestra alma. Para realizar un verdadero trabajo transformador necesitamos valorar más la verdad que el placer, tomar contacto con el contenido de nuestra alma, sea lo que sea lo que nos haga sentir. Para conocer la realidad de nuestra naturaleza debemos conectar con la sensación de vacío y observar lo que encontremos ahí, en vez de ansiarnos por llenarlo en un esfuerzo sin fin.


Esta dependencia por la estimulación no nos permite tomar conciencia de nosotros mismos puesto que para eso es necesario un estado de paz y quietud.
Esto nos lleva a la virtud de la sobriedad, que denota un restricción en los apetitos y nos guia por el sano camino de la razón, sin mostrar excesos o actitudes extremas, sino seriedad y reflexión, fundada firmemente en la realidad y no en los impulsos resultantes de las fantasias.
El sentido de realismo que expresa esta virtud reside en la experiencia del momento presente, siempre indepedientemente de si es agradable o dolorosa, en otras palabras, estar completamente en el momento presente significa estar abierto a nuestra propia experiencia, sin importar la cualidad de ésta. Para trabajar la sobriedad por lo tanto debemos desapegarnos del principio del placer y adherirnos al principio de la realidad.
Esto significa dejar de sentirnos como si fuéramos vasijas vacías que necesitamos llenar, consumidores que necesitan ávidamente consumir. Significa dejar de movernos hacia lo que nos resulta bueno o familiar, y decidir abrirnos al magnífico misterio de nuestra verdadera naturaleza.



domingo, 16 de noviembre de 2014

ENEATIPO 8



A nivel emocional, la lujuria se traduce en una lucha en solitario por conseguir el propio placer, sin tener en cuenta a nadie y sin esperar nada de nadie. La renuncia al amor lleva implícita una dificultad de recibirlo, de creer en las buenas intenciones de nadie, una desconfianza en la bondad que deriva de la proyección en el otro de la propia actitud. En combinación con esto, la persona elegida como objeto de amor, sea la pareja o los amigos " compinches " escapa a ese prejuicio emocional y con ella se establecen relaciones de mucho apasionamiento y entrega, muy posesivas al mismo tiempo.... El tipo 8 presenta una gran dificultad para ver su debilidad, su necesidad de ternura porque esto le llevaría a sentirse vulnerable, a conectar con el dolor de la carencia, y esto es lo más evitado, puesto que rompería su imagen dominante y daría al otro el poder de hacerle daño; el miedo al dolor se mantiene fuera de la conciencia a través de una actitud de exponerse al riesgo. Subtipo sexual: la lujuria se manifiesta en una total posesión de la pareja a la que se le exige una entrega incuestionable y absoluta. (....) No hay vergüenza por el deseo, que va por lo que quiere, guiado por la fuerza animal del instinto, con un matiz avasallador. La posesión comporta el placer del propio poder, implica dominio, sometimiento del otro. El temor a ser dominado lleva a una postura dominante, desde la que el amor se confunde con la posesión. El deseo es el de encontrar a alguien tan valioso como para que merezca formar parte de mi y confirme mi valía, alguien a quien incorporar, alguien con quien fusionarse sin perder mi identidad. La posesión confirmaría esta fusión y permitiría satisfacer mi necesidad de entrega. Eneagrama, C. Durán y A. Catalan.

domingo, 9 de noviembre de 2014

ENEATIPO 9

Se trata de una persona escéptica, no es que no encuentre una pareja a su altura, es que no ha encontrado su alma gemela, en la que poder confiar, una persona con la que pueda fusionarse. Es en esta entrega amorosa tan idealizada donde el E IX espera ver satisfechos todos sus deseos. Alguien a quien entregarse en cuerpo y alma. Sin embargo, una baja autoestima hace difícil sentirse merecedor de la persona ideal, debido a lo cual se puede llegar a encontrar en un conflicto curioso: por un lado una necesidad de realizar grandes esfuerzos para sentirse suficientemente valioso y atractivo y por otra una lucha contra la pereza que normalmente le embarga y le aboca a la pasividad. De este modo puede pasar mucho tiempo hasta que este individuo forme una pareja estable, pero si un día la encuentra vivirá exclusivamente para ella y aunque la relación se acabe es posible que él nunca la olvide...



E IX. El pacificador, busca la paz interior, pero no una paz espiritual sino una ausencia de conflictos, para ello simplifica su vida y su psique, cambia su mundo interior por el mundo de los demás. Evita atender sus necesidades dando prioridad a las de los demás, quiere que todos a su alrededor se sientan bien y así él se siente bien. Lo que se dice una buena persona...eso parece...pero también tiene un lado oscuro, una agresividad pasiva; indulgencia, parsimonia, impuntualidad, puede acabar con tus nervios con tanta tranquilidad!!!



Eneatipo IX: la pereza, la acidia, la inercia psicoespiritual y la actitud sobreadaptada Hacia afuera muestran una discreción armoniosa, una calma agradable, un paralelismo simpático que no quiere provocar ni influir ni impresionar ni transformar al otro.[...] Aunque siempre hay una disposición al acompañamiento tranquilo y armonioso, no se muestra frente a los extraños ninguna amabilidad, ninguna cálida acogida, sino una actitud que parece indiferente.[...] Frente a algo que sea arrebatador, entusiasta, este tipo observa al principio una benévola aunque crítica neutraliadad.[...] Pero una emoción impetuosa puede ser acremente derribada con una frialdad asesina".



domingo, 2 de noviembre de 2014

Se puede


¡ SE PUEDE !
Si me ves cansado… fuera del sendero,
ya casi sin fuerzas para hacer camino;
si me ves sintiendo que la vida es dura,
porque ya no puedo, porque ya no sigo.
Ven a recordarme cómo es un comienzo,
ven a desafiarme con tu desafío.
Muéveme el alma,
vuélveme el impulso
llévame a mí mismo.
Yo sabré encender mi lámpara
en el tiempo oscuro, entre el viento frío,
volveré a ser fuego desde brasas quietas,
que alumbre y reviva mi andar peregrino.
Vuelve a susurrarme aquella consigna
desde el primer paso para un principio.
Muéstrame la garra que se necesita para levantarse desde lo caído.
Si me ves cansado, fuera del sendero,
sin ver más espacios que el de los abismos,
trae a mi memoria que también hay puentes,
que también hay alas, que aún no hemos visto.
Que vamos armados de fe y de bravura,
que seremos siempre lo que hemos creído.
Que somos guerreros de la vida plena,
que todo nos guía hacia nuestro sitio,
que en un primer paso, y en un nuevo empeño,
nos lleva a la forma de no ser vencidos.
Que el árbol se dobla,
se agita, estremece, deshoja y retoña,
pero queda erguido.
Que el único trecho que queda adelante,
es aquel que cubre nuestro pie extendido.
Si me ves cansado, fuera del sendero,
solitario y triste, quebrado y herido,
siéntate a mi lado, tómame las manos,
entra por mis ojos hasta mi escondrijo…
y dime… ¡se puede! e insiste, ¡se puede!
hasta que yo entienda que puedo lo mismo.
Que tu voz despierte, desde tu certeza,
al que de cansancio se quedó dormido.
Y tal vez, si quieres, préstame tus brazos,
para incorporarme, nuevo y decidido.
Que la unión es triunfo
cuando hombro con hombro vamos,
con el mismo brío.
Si me ves cansado, fuera del sendero,
lleva mi mirada hacia tu camino.
Hazme ver las huellas, que allá están marcadas,
un paso tras otro por dónde has venido.
Y vendrá contigo una madrugada,
la voz insistente para un nuevo inicio,
que abrirá otro rumbo porque…
¡Sí, he creído!... que siempre se puede…
se puede…