detrás de cada esquina.
En la orilla de todos los lagos
remojo los pies y siento
como corre la sangre por el cuerpo,
como desviste el escalofrío que sube.
Es una ráfaga de extrañeza casi cálida,
parece un mar calmo y sin embargo
arrastra hasta él con desquicio
y entonces dejo de ser yo
para ser pez, para ser ave,
para sentir el agua correr y ser su parte
Enviado desde mi dispositivo BlackBerry® de Orange.
No hay comentarios:
Publicar un comentario